La infancia puede ser una época de gran asombro y alegría. Pero para algunos, la infancia está llena de situaciones familiares o escolares desagradables que abruman y deprimen su psique en desarrollo.
Los adultos con dificultades en sus vidas a menudo pueden obtener ayuda hablando con un terapeuta capacitado. Sin embargo, a los niños pequeños puede resultarles difícil e incluso aterrador hablar con alguien sobre sus emociones intensas y miedos más profundos.
Aquí es donde entra en juego la terapia de juego.
¿Qué es la Terapia de Juego?
La terapia de juego es un enfoque terapéutico que ayuda a los jóvenes a profundizar y expresar abiertamente sus pensamientos o emociones reprimidas a través del juego. Estas sesiones de juego suelen tener lugar en un entorno que el niño reconoce como seguro y cómodo. Se le imponen muy pocas reglas durante estas sesiones, ya que esto le anima a expresarse libremente sin temor a represalias.
¿Cuándo se Utiliza la Terapia de Juego?
Los niños que han presenciado eventos estresantes o trágicos en sus vidas son candidatos para la terapia de juego. Estos eventos pueden ser como violencia doméstica, abuso, la pérdida repentina de un ser querido, una enfermedad o lesión grave, o cualquier otro tipo de crisis familiar.
La terapia de juego también ha demostrado ayudar a quienes enfrentan problemas sociales como la ansiedad o la depresión, así como dificultades académicas como dificultades de aprendizaje o trastorno por déficit de atención. Finalmente, las personas con autismo también podrían beneficiarse de la terapia de juego.
¿Cómo Funciona Exactamente la Terapia de Juego?
Primero, los padres participarán en una entrevista con el terapeuta, quien recopilará información básica sobre el niño. Probablemente, el terapeuta también realizará una entrevista inicial con el niño. Esto le ayudará a evaluar y determinar el plan de tratamiento más adecuado.
Durante las sesiones en la sala de juegos, el terapeuta le pedirá al niño que juegue con juguetes específicos que le ayuden a expresarse mejor. También se pueden utilizar otras herramientas de aprendizaje como el dibujo, la pintura, la música o la danza para facilitar un cambio de comportamiento positivo.
En general, las sesiones de terapia de juego se realizan semanalmente durante un promedio de 20 semanas, y cada sesión semanal suele durar entre 30 y 45 minutos.
Elegir un Terapeuta de Juego para su Hijo
Busque terapeutas con formación específica en desarrollo infantil temprano, apego y el uso del juego como forma de comunicación. También deben tener experiencia en terapia cognitivo-conductual, adleriana o gestalt.
Además de buscar la formación y las herramientas cognitivas adecuadas, le conviene encontrar un terapeuta con el que tanto usted como su hijo se sientan cómodos. Tómese un tiempo para hablar por teléfono con cada posible terapeuta y hacerles algunas preguntas. También puede reunirse con ellos en persona para conocer su energía y personalidad.
Si cree que un hijo podría beneficiarse de la terapia de juego y le gustaría explorar opciones de tratamiento, póngase en contacto conmigo. Estaré encantado de hablar sobre cómo puedo ayudarle.